La evaluación inclusiva es el recurso que tienen las escuelas para alcanzar mayores cotas de calidad, la atención a la diversidad es un factor asociado a una educación de calidad y, por tanto, requiere que se considere dentro de los criterios o indicadores de calidad.
Existen diversos índices que constituyen un avance significativo
hacía la creación de una cultura escolar inclusiva a la vez que avanzan en
propuestas concretas de indicadores que reflejan este concepto de evaluación
inclusiva.
En este sentido el Índice de Ainscow (2001) es un conjunto de materiales diseñados para apoyar a las escuelas en el proceso de avanzar hacia una educación inclusiva. Se desarrolla en base a un proceso de autoevaluación de las escuelas en relación a tres dimensiones: Crear culturas inclusivas, elaborar políticas inclusivas y desarrollar prácticas inclusivas. El primero hace referencia a construir una comunidad en torno al desarrollo de valores inclusivos.
Una cultura escolar inclusiva se define en relación a:
a. Cómo se posiciona el centro educativo con respecto a las
diferencias
individuales. Para ello es necesario el desarrollo de un
currículo amplio, relevante y diferenciado.
b. Sus planteamientos en relación a la calidad educativa.
Ello supone la implantación de procesos de mejora continua.
c. La creación de un clima emocional positivo
d. El desarrollo de procesos de enseñanza-aprendizaje
interactivos basados en la experimentación reflexiva.
e. Su implicación en el desarrollo de mejoras sociales.
Elaborar políticas inclusivas se dirige a dos pilares
fundamentales: desarrollar una escuela para todos y organizar el apoyo para
atender a la diversidad.
Otra propuesta es la realizada por Arnaiz (2003) en España, en
un trabajo de investigación cuyo objetivo fundamental es evaluar el impacto y
las respuestas educativas ante la diversidad en la Educación Secundaria
Obligatoria, establece cuatro grupos de indicadores:
· De contexto escolar: previsión y adecuada
organización de acciones educativas para la atención a la diversidad.
· De recursos: recursos materiales e instalaciones
de aula y centro como a los recursos personales.
· De procesos educativos: qué características
debería tener la práctica educativa para atender a la diversidad.
· De resultados: impacto que las medidas de
atención a la diversidad tienen en las capacidades, habilidades y destrezas de
los alumnos.
La evaluación inclusiva, conceptualizada como “evaluación
tolerante” dentro del indicador de procesos educativos se define en relación a
tres subindicadores: obtención de información a través de fuentes diversas,
aplicación efectiva de la evaluación continua y utilización de técnicas de
autoevaluación y coevaluación.
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